¿Eres emprendedor y no te has adaptado completamente a la era digital? ¿piensas que si tuvieras una presencia efectiva en la red mejorarían tus ventas?¿te pierdes en términos desconocidos y ello te produce frustración? no temas: no eres el único.

La Era de la Información en la que nos encontramos, y que viene precedida de la eclosión de la revolución digital no deja títere con cabeza, y los reductos en los que se resume la actividad empresarial fuera de su control se cuentan con los dedos de una mano, lo cual nos recuerda aquella frase de El Arte de la Guerra: si no puedes con el enemigo, únete a él. O mejor aún: reconsidera la calidad de enemigo que el ecosistema digital representa para ti.

Para que logres vencer ese "miedo a lo desconocido" y tu negocio obtenga los beneficios propios de una actuación adecuada en internet, te presentamos algunos conceptos básicos con los cuales quizá no estés muy familiarizado:

Dominio. Cómo te llamas en internet. Al igual que tienes que dar de alta tu denominación social y, en caso de repetirse, modificarla o cambiarla por completo, en la red ocurre lo mismo. El nombre de tu web ha de ser único, y a través de él te encontrarán tus clientes.

Hosting: almacenamiento web. Al igual que necesitas un local para llevar a cabo tu negocio y un almacén para guardan tus bienes, también necesitas un lugar donde alojar todo el contenido digital. Esto se hará en un servidor, que contendrá desde e-mails hasta imágenes de tu página web, bases de datos de clientes, etc.

CMS: sistema de gestión de contenidos. Cuando haces la declaración de la renta, ¿calculas tú mismo todos los números, parámetros y variables, o accedes a la página de la Agencia Tributaria y te ahorras quebraderos de cabeza? si has contestado lo segundo, te adelantamos que este es su equivalente en la red. No es necesario programar, informáticamente hablando, todas las publicaciones de tu página web; hay verdaderos altruistas que lo hacen por ti, teniéndote que preocupar única y exclusivamente por el contenido del mensaje.

Usabilidad. Aquí pocas explicaciones bastan: que sea práctico, fácil e intuitivo. Si en tu página web el usuario no es capaz de localizar aquello que le interesa tendrás un problema.

Cabe mencionar que esto es sólo la punta del iceberg, y que, a pesar de que es lo mínimo que has de saber acerca de la presencia de tu negocio en internet, es bueno que te familiarices con estos términos para que cuando recurras a profesionales de la comunicación que se vayan a encargar de tu web (esto es imprescindible) al menos no te suene a chino lo que te expliquen.